Aunque se podía intuir que el cambio a la AFC iba a ser un paseo para Australia, parece que ha sido todo lo contrario, el pase para el Mundial de Brasil no ha sido nada fácil ya que han mezclado momentos muy buenos con bajones de forma considerables y sufrieron muchísimo para estar en la cita mundialista.
En la primera ronda de la competición, los socceros comenzaron con un triunfo sobre Tailandia y una increíble derrota ante la débil selección de Omán. Después ese comienzo algo problemático, el equipo australiano pudo clasificarse como primero de grupo para la fase siguiente.
En esta fase, Australia volvió a dar la impresión de ser una selección bastante asequible de ganar, ya que empató de nuevo con Omán, y también con Japón además de otra sorprendente derrota frente Jordania. Después, Australia recuperó un poco el rumbo, ganando a Irak o Jordania entre otros. En el último partido de la ronda final, los socceros pudieron derrotar a Irak de nuevo con un gol que recordarán siempre los aficionados australianos, conseguido por Kennedy.
Basando su juego en el físico, la selección Australiana propone un fútbol muy inglés, muy directo, buscando balones arriba, su mayor arma ya que tienen varios jugadores expertos en el juego aéreo. Aparte del balón parado, pocas alternativas tiene el juego de los socceros, muy previsible y sin profundidad, dependiendo mucho de las llegadas desde atrás, en segunda línea de su estrella Tim Cahill, que llega a este Mundial con 33 años pero que sigue siendo el principal peligro del equipo de Ange Postecoglou.
Dependerá también mucho de la forma de otro de sus pilares, Brett Holman que sin duda es el jugador de más calidad en el medio del campo. Por otra parte, la debilidad más clara de esta selección es la defensa, una defensa muy blanda, sin contundencia alguna y que si se les aprieta con una ligera presión tienen muchísimos problemas para sacar el balón desde atrás y pueden cometer algún que otro error vital para el desenlace del partido.
En este mundial, parece claro que los australianos dejarán a sus rivales llevar la iniciativa y esperarán alguna jugada de balón parado o un contrataque que les pueda dar alguna opción, algo poco probable.
Postecoglou se ha convertido en el primer australiano que dirige a su selección desde que Rasic lo hiciese en el mundial de Alemania 74. Mucha confianza en Ange, que firma por cinco años y tiene por medio, el reto más importante de su carrera en un grupo complicadísimo.
Su carrera se reduce a entrenar en la liga Australiana, donde ha conseguido 3 PremierShip con el South Melbourne, además de un Campeonato de clubes en Oceanía con el mismo club, además en el Brisbane Roar también consiguió 1 Premiership
Si hablamos de Australia, tenemos que hablar de Tim Cahill, toda una institución en los socceros, reconocido por la misma afición de su país como uno de los mejores jugadores de la historia en el fútbol australiano, poniéndose al nivel de Kewell o Viduka. Llega ya con 33 años, muchísima experiencia, será su última gran cita y quiere despedirse a lo grande.
Su físico podría equipararse a la de un chaval de 20 años. Ojo a su disparo desde fuera del área y muchísimo cuidado con sus remates de cabeza (curioso, ya que no es precisamente alto, 1,77). De los mejores jugadores llegando desde segunda línea. Si Australia quiere complicarle las cosas a sus rivales, necesitará a Cahill en su mejor nivel.
El futbolista actualmente del Austria de Viena llega en su plenitud a esta cita mundialista. Después de la retirada de uno de los principales buques insignias de la selección como era Brett Holman, James tiene que hacerse cargo de la difícil tarea de construir el juego de la selección desde el medio del campo.
Gran toque de balón, buena visión de juego y no exento de capacidad defensiva en el medio, tiene que dar un paso hacia delante para ser uno de los líderes de los socceros. A pesar de que en teoría, su equipo no tendrá la posesión del balón en los diferentes partidos de la fase de grupos, Holland tiene que darle esa pausa necesaria en el centro a Australia para poder crear al menos algo de peligro ante la portería rival.
Si hablábamos de Holland en la creación, tenemos que hablar de Mile Jedinak en la destrucción. Imprescindible para el entrenador australiano, Jedinak le da el equilibrio necesario en el centro a esta selección de Oceanía. Rápido al corte, contundente y muy serio tácticamente, además de que no le quema el balón en los pies.
Podría jugar incluso en la posición de central si es necesario, acostumbrado a jugar a un alto nivel en la liga inglesa, en esta cita estará a la altura de las circunstancias, además como nuevo capitán de la selección australiana.
Portero
12.06.81
Equipo:
Adelaida United
Centrocampista
22.08.88
Equipo:
B. Dörtmund
Centrocampista
08.04.92
Equipo:
Brujas
Defensa
13.08.84
Equipo:
Jeounbouk Motors
Defensa
27.06.88
Equipo:
Sydney Wanderers
Defensa
15.08.89
Equipo:
Shandong L.
Defensa
11.01.83
Equipo:
Brisbane Roar
Defensa
29.06.91
Equipo:
H. Almelo
Defensa
10.09.87
Equipo:
Brisbane Roar
Defensa
28.07.92
Equipo:
Preston North End
Centrocampista
03.07.88
Equipo:
Melbourne Victory
Centrocampista
11.02.80
Equipo:
Al-Gharafa
Centrocampista
25.09.92
Equipo:
Swindon Town
Centrocampista
04.08.85
Equipo:
Melbourne V.
Centrocampista
15.05.89
Equipo:
Austria Viena
Centrocampista
03.08.84
Equipo:
Crystal Palace
Centrocampista
08.01.89
Equipo:
Lucerna
Centrocampista
06.12.79
Equipo:
Red Bulls NY
Centrocampista
04.06.92
Equipo:
Fortuna Düsseldorf
Delantero
10.12.91
Equipo:
Utrecht
Delantero
08.04.87
Equipo:
FC Sion
Delantero
04.02.91
Equipo:
Frankfurt
Delantero
02.06.93
Equipo:
Newcastle Jets
En todos los grupos hay una cenicienta y en este grupo B, sin duda alguna es Australia. Las opciones son casi nulas. Nadie espera que en un grupo con selecciones tan potentes como España, Holanda o Chile, tenga alguna oportunidad Australia que intentará hacer las cosas lo mejor posible para al menos fastidiar a los equipos en teoría superiores.
Aunque siempre se dice lo de “en esto del fútbol nunca se sabe” sería demasiada sorpresa que Australia consiguiese llegar a octavos de final como hizo por ejemplo en Alemania 2006, sobre todo visto lo visto en su clasificación para la cita mundialista en la que se ha visto superada en ocasiones por selecciones muy modestas como Omán o Jordania.